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Un vídeo muestra la grave adicción a las drogas de Rodrigo de Santos

P. MATAS - G. PICÓ - J. BASTIDA

Un vídeo muestra la grave adicción a las drogas y al sexo de Javier Rodrigo de Santos, ex teniente de alcalde de Palma y ex delegado territorial del Insalud en Balears. En la película se ven imágenes de sexo espeluznantes, con unas prácticas muy difíciles de poder describir sin herir la sensibilidad del lector. El vídeo está grabado hace unos dos años, en el interior de una vivienda cuya dirección y teléfono se anuncian para prestar servicios gays. Además de las imágenes de sexo, Javier Rodrigo de Santos aparece totalmente desnudo, acercando la nariz a un plato en el que hay un polvo blanco, que se asegura que es cocaína.

De hecho, De Santos esnifa el polvo y parece que lo hace directamente a la nariz, es decir, sin utilizar el habitual 'canuto', pese a que dentro del plato hay uno.

También, para la práctica del sexo, se utilizan unos artilugios que, según han asegurado jóvenes homosexuales «no se pueden encontrar en tiendas especializadas de Palma, y era el propio Rodrigo el que las tenía dentro de un maletín que llevaba siempre consigo, cuando acudía a un piso o a un club de alterne».

Por la fecha, se demuestra que cuando llevaba a cabo estas prácticas de sexo, y el consumo de cocaína, De Santos era teniente de alcalde de Palma, regidor de Urbanisme y presidente de la EMOP.

La secuencia del maletín la corroboran también jóvenes gays que frecuentan o trabajan en clubes de alterne de Palma. Incluso, se dice que en una ocasión Rodrigo de Santos estaba en un club cuando se llevó a cabo una operación policial contra la residencia ilegal de extranjeros que ejercen la prostitución, y que el ex teniente de alcalde de Palma llevaba consigo el maletín.

Jóvenes homosexuales que estuvieron con él cuentan que «los 50.000 euros de los que se habla ahora no son nada comparado con el dinero que se gastaba con nosotros. Había noches que se gastaba seis y siete mil euros. Decía que tenía mucho dinero y no escondía su cargo, incluso en ocasiones presumía de ser una persona con mucho poder en el Ajuntament de Palma».

Con respecto al consumo de drogas, es éste un dato que se conocía en este periódico el primer día que se publicó la noticia del escándalo. Pero se omitió por entender que no había pruebas como para demostrarlo. Aunque, después, ha sido el propio Rodrigo de Santos el que lo ha declarado públicamente e, incluso, a su llegada al aeropuerto de Barajas la noche del pasado viernes dijo a la Cadena Ser que «hay que luchar contra las drogas» y pidió «perdón» por lo que ahora se ha conocido públicamente.

Pero volviendo al vídeo, por las imágenes que se ven y el semblante del personaje, parece detectarse a primera vista que se trata de un hombre con una grave adicción, y que supera en mucho lo que puede entenderse como un hombre con tendencias homosexuales. Es más, cuando se lleva a cabo la práctica, De Santos tiene la mirada fija en la pantalla de un televisor donde se pasa una película de un hombre que «se lo monta» con un caballo.

50.000 euros

La publicación de la noticia de que se gastó 50.000 euros en clubes de alterne gays, en un período de tiempo de 18 meses, ha provocado que sean muchos los homosexuales que se han decidido a contar ahora las relaciones que tenían con el protagonista de la historia.

En muchos casos lo hacen porque, aseguran, Rodrigo de Santos tiene con ellos deudas de varios miles de euros. Estas personas manifiestan que Rodrigo de Santos «nos contaba siempre muchas historias, algunas de las cuales sabemos que se las inventaba, pero otras, sin embargo, no. Decía, por ejemplo, que viajaba mucho a Suiza y que tenía mucho dinero, e incluso en ocasiones llegamos a ver una maleta repleta de billetes, pero después no nos pagaba todo lo que nos debía».

A la pregunta de cuánto tiempo hace que Rodrigo de Santos es conocido en los ambientes gays de Palma, responden que «desde hace muchos años, e incluso alguno de nosotros, que estábamos en Madrid, sabíamos de él porque se montaba grandes fiestas y le llamaban 'La Pepera'.

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