El conductor de 24 años de edad que el domingo de madrugada atropelló mortalmente a una turista británica en Sant Antoni depositó ayer en el Juzgado los 12.000 euros que le impuso el juez de guardia para eludir la prisión provisional.
A.G.G. ha pasado dos noches en los calabozos y ahora permanece a la espera de un juicio en el que se sentará en el banquillo por una acusación de homicidio. Por prevención, el juez le retiró el carné de conducir.
Francesca Foulkes, nacida en Chatham hace 21 años, murió en la avenida Doctor Fleming de Sant Antoni. 'Fran', como era conocida por sus amigos, trabajaba desde hacía dos años en una entidad bancaria.
Alcohol y drogas
Sobre las tres y media de la madrugada cruzaba la calle de la mano de una amiga cuando la golpeó el Ford Focus que conducía A.G.G. Éste no se detuvo, pero alguien anotó la matrícula del coche.
Fue arrestado horas después en la casa de sus padres, al parecer su domicilio habitual. Fue sometido a la prueba de la alcoholemia y dio 0,67 (por encima de 0,60 se considera delito). La Policía Local de Sant Antoni también le hizo pruebas con el Drugwipe y dio positivo en cocaína, éxtasis y hachís.
Ante el juez de guardia, el detenido admitió que había tomado «una raya de cocaína» y había dado algunas caladas a un porro. Aseguró que se encontraba bien para conducir.
Explicó también que circulaba a «velocidad moderada» y que cuando pasaba por la avenida Doctor Fleming tuvo que esquivar un coche en doble fila y que en ese momento notó «un impacto».
Entonces frenó, dijo, pero se asustó y finalmente optó por marcharse. La policía encontró el Ford Focus con la luna delantera rota.
A la espera de un jucio en el que podría ser acusado de homicidio
A.G.G. podría ser acusado por la comisión de un presunto delito de homicidio imprudente, pero también por un delito contra la seguridad del tráfico, ya que en la prueba del alcohol dio más de 0,60 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.
Además, es posible que sea acusado también por un delito de omisión del deber de socorro ya que, tal y como él mismo reconoció, abandonó el lugar del atropello.