La juez del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, Martina Rodríguez, ha absuelto a J.R.R., que manejaba el timón del 'Capitán Nemo' cuando se lanzó al agua y murió por ahogamiento el irlandés Brazile John Bourke, de la acusación por imprudencia grave con resultado de muerte, un delito por el que el Ministerio Público solicitaba cuatro años de cárcel, pero le ha condenado al pago de una multa de 1.800 euros por la comisión de un delito de omisión del deber de socorro.
La juez consigna que el 31 de julio de 2006 Bourke y otros amigos se embarcaron en el 'Capitán Nemo', un catamarán que ese día albergó a 186 personas y que cumplía con todos los requisitos legales para navegar. No obstante, en este tipo de recreos flotantes el alcohol acostumbra a correr a raudales; al menos dos personas se lanzaron al mar y hubo hasta una pelea en cubierta.
Como hechos probados, la juez consigna que «cada uno de los pasajeros pagaba 60 euros. La excursión consistía en navegar [desde Sant Antoni] hasta Cala Rotja, donde tras fondear y bañarse se dirigían a la isla de sa Conillera para contemplar la puesta de sol».
«De regreso al puerto de Sant Antoni», continúa la juez, «siendo ya de noche y alrededor de las 22 horas, sin que haya podido determinarse en qué punto de la travesía, pero en todo caso entre la zona de Port des Torrent y la zona inmediatamente próxima al puerto, uno de los pasajeros, Derek, retó a Patrick Bourke [primo del fallecido] a que saltara al mar, lo cual éste hizo cuando el barco navegaba a una velocidad de unos doce nudos».
«El patrón [J.R.R.], que no vio la caída», señala la sentencia, «fue avisado pasados unos minutos, a la vez que por babor oyó un grito de 'hombre al agua'; en ese momento, tiró al mar uno de los salvavidas que se hallan en la zona de la cubierta superior, frente al puente de mando, desembragando motores y realizando la maniobra denominada Boutakof para intentar localizar al náufrago sin éxito».
También avisaron a las embarcaciones que se encontraban en la zona para que tuvieran precaución, ya que había un hombre en el agua. «Durante la realización de estas maniobras, Brazile se tiró asimismo al agua, no constando que el acusado [el capitán] tuviera conocimiento de esta segunda caída, dado el alboroto, con pelea incluida, que se estaba produciendo en el barco, por lo que el acusado optó por dirigirse de inmediato a puerto para evitar así males mayores», apunta la juez.
«Grave peligro»
Una vez en puerto, J.R.R. no avisó a Salvamento Marítimo a pesar de que los compañeros del joven en ese momento desaparecido le avisaron de lo que ocurría y le facilitaron sus datos. «El acusado pese a conocer que la persona no había sido hallada en tierra y el grave peligro que supone estar en el mar nadando de noche (...) y con considerable tráfico marítimo, optó por dar por finalizada su jornada de trabajo, desentendiéndose así de la suerte que hubiera podido correr el excursionista».
Al día siguiente, el cuerpo de Brazile John Bourke, sobrino del entonces ministro de Defensa de Irlanda, fue hallado flotando en la zona rocosa próxima al Port des Torrent. La causa de la muerte, indicada por la autopsia, fue la de asfixia mecánica por sumersión.
«Creí que había llegado a costa»
En el juicio, que duró siete horas, el acusado aseguró en su declaración ante la juez que se quedó tranquilo tras atracar el barco: «Me fui a casa con la tranquilidad absoluta de que el turista había alcanzado la costa», algo que se contradice con la versión ofrecida pro los amigos del fallecido.