El president del Govern balear, Francesc Antich, ha destacado hoy las dificultades para extinguir el fuego de Ibiza debido a la orografía del terreno, y ha estimado que el control del incendio dependerá también del viento y las condiciones atmosféricas.
En una rueda de prensa ofrecida en la isla, donde sigue desde el domingo las labores de extinción del fuego, Antich ha confirmado que el fuego ha afectado a 300 hectáreas, aunque ha reconocido que van a ser más.
De hecho, según una estimación provisional del Govern balear difundida esta mañana, el incendio que desde el pasado domingo afecta a un área boscosa de la zona de Benirras, en el municipio ibicenco de Sant Joan, ha quemado ya unas 400 hectáreas, por lo que se han pedido más medios de extinción al Ministerio de Medio Ambiente.
En las labores de extinción del fuego trabajan 300 efectivos, en turnos de 150 hombres, apoyados por diecisiete medio aéreso, entre helicópteros y avionetas. El president balear ha agradecido a todos ellos el trabajo que están desarrollando.
En estos momentos, el punto de mayor peligro del fuego se encuentra entre Cap Blanc y Punta Xarraca, según el president.
Antich ha subrayado que la orografía del terreno dificulta mucho las tareas de extinción del incendio ya que resulta muy complicado atacarlo por tierra, mientras que los medios aéreos se ven con dificultades debido a las corrientes de aire que se forman en las vaguadas de este bosque.
El conseller de Mobilidad del Consell de Ibiza, Albert Prats, ha considerado que el fuego «ya no puede crecer mucho más» y que las tareas se centran en apagar los focos existentes.