El juzgado de Instrucción número 4 de Eivissa ha abierto diligencias para aclarar si un vecino de Sant Antoni de 58 años agredió a una prostituta con la que yació en su casa y quien terminó por denunciarle después de que supuestamente el sospechoso no le pagara el precio convenido por el «servicio».
La mujer, una ecuatoriana de 26 años, afirmó que, tras ser golpeada, huyó del domicilio del acusado. Éste ha pasado a disposición judicial y se encuentra libre mientras continúan las pesquisas judiciales. En su comparecencia ante la juez Ofelia Nache, afirmó que la prostituta le dijo que a él «se lo hacía gratis» y que, incluso, la invitó a «yogures y plátanos» mientras estuvo con él.
El suceso tuvo lugar en la madrugada del pasado lunes después de que el acusado, luego detenido por la Guardia Civil de Sant Antoni como sospechoso de una supuesta agresión sexual, conociera a la denunciante en el club 'Blanco y Negro'.
Copas
Según los hechos relatados, el hombre que luego se fue a su casa con la joven ecuatoriana se hallaba con dos amigos más tomando copas en el local cuando, sobre las cuatro de la madrugada, quiso tener relaciones sexuales con esta mujer.
La denunciante señaló que entonces le indicó que el club cerraba pero accedió a irse a la casa del cliente tras proponerle un precio. Según su versión, el acusado le dijo que «no tenía que preocuparse por el dinero» y que luego le pagaría. Éste, al acabar el acto sexual, manifestó -siempre según esta versión- que él «no tenía que pagar a nadie por hacer el amor». Tras exigirle el dinero, el acusado la cogió supuestamente del cuello, la empujó golpeándola hasta que ella salió corriendo hasta la carretera, lugar donde pidió un taxi para trasladarse al cuartel de la Guardia Civil.
El caso está ahora pendiente de que la mujer declare en el juzgado y que ésta sea reconocida por el médico forense. El sospechoso, por su parte, que mantuvo ante el juez que su comportamiento fue del todo correcto y que ésta se avino a mantener relaciones sexuales «gratis», señaló, además, que la denuncia se interpuso después de que él mismo instara a la chica a que tomara un taxi porque él «no se encontraba en condiciones».