El barcelonés J.M.M.B., de 28 años de edad, respondió ayer ante los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial por la comisión de un presunto delito de lesiones cometido el 9 de agosto de 2005 sobre un vigilante del aparcamiento de una discoteca. El Ministerio Público solicita una pena de cuatro años y medio de prisión.
Él aseguró ante los magistrados, que dejaron el caso visto para sentencia, que es inocente y que la supuesta víctima, que sufrió fractura de tibia y peroné, se hizo las lesiones al caer al suelo después de intentar asestar una patada a una de las personas que iban con él.
La víctima, por su parte, asegura que el acusado y otros dos jóvenes llegaron al parking y, cuando aparcaron, les pidió que lo hicieran mejor para dejar sitio a otros vehículos. Ahí habría comenzado una discusión que acabó con una patada del acusado al trabajador de la discoteca, lo que le habría causado la doble fractura. Quedó tirado en el suelo y cuando llegaban otros compañeros del trabajador, los tres jóvenes huyeron en su coche.
Uno de los compañeros de la víctima declaró ante los magistrados que no vio la agresión, sino tan sólo a su compañero gritando en el suelo y que intentó quitar las llaves al conductor del vehículo para que no huyeran y de esta forma se pudiera aclarar lo ocurrido. No lo consiguió y el acusado y sus ammigos huyeron a toda prisa y en dirección contraria, según este testigo, que fue quien anotó la matrícula del vehículo y de esta forma posibilitó la detención del sospechoso. Uno de los compañeros del acusado -el tercero no compareció porque los otros dos dicen que le habían conocido esa noche y no saben quién es- declaró en el mismo sentido que el sospechoso, a quien además se le pide que una indemnización de 36.080 euros.
«¿Usted dónde se ha creído que está?»
El presidente de la sala tuvo que llamar al orden al acusado cuando pidió a la presunta víctima que se girara para verle y, en su caso, reconocerle como la persona que le atacó. El acusado hizo un comentario apenas audible pero con aire despectivo, lo que le valió una fuerte reprimenda del magistrado: «Le veo muy suelto, pero ¿usted dónde se ha creído que está?».