El hombre cuyo cadáver con una puñalada en el pecho fue encontrado la semana pasada enterrado en el camí de Benimussa, en las proximidades de Sant Rafel, no sólo sufrió la tortura de recibir una retahíla de golpes en distintas partes de su cuerpo. Según baraja la investigación del caso, la víctima de este crimen también padeció varios intentos de estrangulamiento, según evidenciaron los reconocimientos médicos que se han efectuado a dicha persona. Se desconoce si los asesinos intentaron con ello acabar con su vida o sólo fue otra forma más de aumentar su sufrimiento.
De la autopsia, sin embargo, sólo ha trascendido que dicho individuo, aparentemente un varón joven, pereció hace tres semanas como consecuencia de la cuchillada y que en su cuerpo se detectaron múltiples fracturas y contusiones como consecuencia de la paliza a la que presuntamente le sometieron sus captores.
Hipótesis
La Guardia Civil continúa investigando la posible identidad del fallecido. Los agentes de Policía Judicial, sin embargo, ya barajan un nombre concreto. Todo ello, después de que durante estos días se haya especulado con el dato de que la víctima es una persona de origen sudamericano. La principal hipótesis con la que se está trabajando, como ya informó este periódico, es la de que murió como consecuencia de una ajuste de cuentas por un asunto de drogas.
El cadáver, con el rostro desfigurado, no presentaba ninguna marca significativa o tatuaje que sirviera de pista. Sin embargo, sí llevaba un aparato dental , circunstancia que también ha sido objeto de pesquisas por los agentes.
El cuerpo fue descubierto en un torrente. La víctima fue enterrada descalza, aunque iba vestida con camiseta y pantalón. Todos los indicios apuntan a que no falleció en ese mismo sitio. Sus asesinos trasladaron el cadáver y se ocuparon de sepultarlo en el torrente. Se desconoce dónde pudo padecer las torturas antes de su muerte.