En las últimas semanas se han producido numerosos robos en el barrio de sa Capelleta de Vila, en concreto en establecimientos comerciales de Vía Púnica y calles adyacentes. De una forma u otra, han robado en una guardería, una zapatería, una juguetería, una tienda de chucherías, una floristería, una panadería y el supermercado Eroski -éste último en dos ocasiones, la primera de ellas en febrero pasado-, establecimientos ubicados en apenas doscientos metros.
Algunos de los responsables de los locales han presentado denuncia ante el Cuerpo Nacional de Policía. Otros no lo han hecho porque consideran que el dinero o el material robado no justifica la molestia que supone la interposición de la denuncia, además de que ven escasas posibilidades de que los robos se resuelvan. En la mayoría de los casos, los responsables dijeron que más grave que lo robado es el estropicio causado en los locales.
Tras los robos, algunos de los responsables reclaman mayor presencia policial. Otros, por contra, recuerdan que Vía Púnica es una calle en la que, casualmente, paran muchos agentes de la Policía Local, ya que suelen frecuentar un bar de la zona.
Algunos de los robos se perpetraron al descuido, es decir, se trataría de hurtos. Otros, sin embargo, han sido robos con fuerza, realizados por la noche tras forzar las puertas o ventanas de los establecimientos.
En la zapatería Salom un hombre se llevó al caja registradora aprovechando que la única dependienta que había en ese momento se metía en el almacén. Algo parecido ocurrió en la guardería Corrillos, que a la una y media de la tarde, cuando los padres acuden a recoger a los pequeños, alguien aprovechó el tumulto para llevarse un ordenador portátil.
En la floristería
En la juguetería Magic Factory, una mujer se llevó la chaqueta de la empleada sin que esta pudiera hacer nada. Además, explicó la responsable de la juguetería, cada vez se producen más hurtos en su local. «No sé cómo lo hacen, deben tener un imán o una herramienta especial, pero consiguen arrancar las alarmas y llevarse las cosas dejando escondidas las alarmas en cualquier lugar», señaló la dependienta.
En una panadería entraron por la noche, causando daños graves en una ventana, y se llevaron todo lo de valor que encontraron. Los especialistas del Cuerpo Nacional de Policía acudieron a tomar huellas, pero por el momento el robo no se ha resuelto. Lo mismo ocurrió en la floristería Eivissa, donde «han entrado cinco veces», según la responsable. Rompieron la puerta de madera y la propietaria ha decidido colocar una reja de metal «pese a lo feo que es tener que hacer esto en una floristería». La última vez se llevaron lo poco que había de valor: un reloj, un transistor y un monedero con algo de dinero. No tocaron las flores.
La responsable de una tienda de chucherías de Vía Púnica denunció que «han entrado a robar varias veces». Además, asegura, en su coche, normalmente estacionado en Vía Púnica, han robado «tres veces, la última el domingo [día 14]».
Del supermercado Eroski se llevaron las cajas registradoras
En el supermercado Eroski entraron dos veces por la noche. La primera de ellas, el pasado mes de febrero, se llevaron, principalmente, productos alimenticios y botellas de bebidas alcohólicas y, aunque no había dinero, se llevaron los cajones de las cajas registradoras.
Trabajadores de este supermercado explicaron que el principal problema son los hurtos, cada vez más habituales. Otras fuentes señalaron que se producen hurtos por encargo en este supermercado que después se venden en el barrio de sa Penya y en otros puntos de Vila.