Tomás Arrollo Rodríguez, conocido como 'El Brujo', lleva tres años en la cárcel, con carácter preventivo, esperando el día de mañana. Por fin se sentará en el banquillo, frente a los magistrados de la Sección de Refuerzo de la Audiencia Provincial. Responderá por un total de 19 presuntos delitos continuados de abusos sexuales cometidos sobre chicas de entre 11 y 19 años de edad entre los años 1995 y 2006. El Ministerio Público pide para él una pena de 138 años de prisión.
Junto a él se sentará en el banquillo su 'compañero' Alberto C.C., para quien se piden 34 años por una acusación de siete delitos de abuso sexual continuado. Él, por su parte, se declara inocente y asegura que todo contacto sexual que pudiera haber mantenido con las chicas fue en todo momento consentido por ellas.
El juicio está previsto que se realice entre el lunes y el viernes, aunque es posible que se tenga que alargar unos días más debido a la gran cantidad de testigos y peritos que están llamados a declarar por las acusaciones particulares, el Ministerio Público y la defensa.
El lunes, a partir de las doce, declararán los dos acusados. El martes se escucharán quince testimonios, todos ellos correspondientes a las denunciantes, es decir, las chicas. El miércoles están citados 35 testigos, entre ellos los futbolistas Santiago Cañizares y José María Gutiérrez. El jueves está citado un testigo y 19 peritos, y el viernes se ha reservado para los informes y las conclusiones.
Proteger a las víctimas
Desde el Tribunal Superior de Justicia se ha pedido al juez decano de Eivissa, Juan Carlos Torres, que se habilite una sala para el juicio, que se desarrollará en una de las que ordinariamente utilizan los Juzgados de lo Penal de Eivissa, en el edificio judicial, en la avenida Isidor Macabich de Vila. El TSJ ha prohibido a los medios de comunicación tomar imágenes en los pasillos, con el fin de preservar la identidad de las víctimas.
Promesas, regalos y 'pactos de silencio'
Para lograr tener sexo con las jóvenes, 'El Brujo' empleaba, supuestamente, siempre las mismas técnicas. Promesas, talismanes y regalos, cenas y conversaciones con los padres de las chicas en Eivissa y Valencia, lugares donde se produjeron los presuntos abusos sexuales. Las citaba, presuntamente, en lugares apartados en los que lograba tener sexo con ellas y después las conminaba a mantener un 'pacto de silencio'.
De esta forma, las chicas lograrían superar su miedos, problemas o dolencias y quedarían preparadas para enfrentarse al futuro. La acusación pública empleó términos como «devoción», «temor reverencial», «veneración» o «poder» para referirse a la relación entre 'El Brujo' y las jóvenes.
También se apuntó en la acusación que el acusado les decía a las chicas que con el acto sexual lograba traspasarles sus «poderes» de mentalista deportivo y de esa forma ellas podrían lograr buenos resultados tanto en sus estudios como en el deporte.