Antonio Boned, de 48 años y dueño del hostal Micaló, falleció sobre las tres y cuarto de la tarde de ayer después de más de un mes luchando por recuperarse del grave estado en el que le dejó la cuchillada que le propino Mohamed El Badoui, el residente marroquí que hirió a once personas en Sant Antoni el pasado 23 de febrero en lo que fueron treinta minutos de pánico entre las calles del Mar y Mossen Ribas i Ferrer. Era la única de las víctimas de este suceso que quedaba hospitalizada.
El estado de salud de Antonio Boned se había agravado en los últimos días. No había sido posible desintubarlo del coma inducido en el que se hallaba, aunque anteayer mismo había sido trasladado de la UCI a la planta sanitaria, según confirmaron fuentes del Ib-Salut. Antonio Boned, un hombre al que El Badoui conocía con plena seguridad porque, de hecho, había estado alojado en su hostal, recibió una cuchillada cuando su agresor entró en su establecimiento. No fue el único herido del hostal. La mujer de Boned fue otras de las víctimas.
Para entonces, El Badoui, en su loca carrera, ya había dejado malheridos a un reponedor y a una cajera del supermercado SUMA, lugar donde se inició su ataque. Otras siete personas fueron acuchilladas a continuación antes de que un guardia civil, que también sufrió una fuerte contusión, pudiera echarse encima de él y reducirlo.
Mohamed El Badoui, de 41 años, ingresó en prisión tres días después. Uno de los delitos que se le imputará ahora será el de homicidio.