Los entre 700 y 1.200 vecinos de la urbanización de Roca Llisa desalojados desde anteanoche por el incendio forestal de Cala Llonga pudieron ayer tarde volver a sus casas con la certidumbre de que las brigadas contraincendios continuaban su trabajo en las proximidades de sus domicilios para garantizar que no volvieran a correr peligro. Un dispositivo con 40 personas se mantuvo de guardia durante toda la noche para que cualquier contingencia pudiera ser abordada de inmediato.
El fuego, al cierre de esta edición, continuaba activo pero muy mermado después de que durante toda la jornada se hubieran podido ir combatiendo y refrescando los focos que iban detectándose dentro del perímetro acotado por las brigadas terrestres.
Según fuentes del Instituto Balear de la Naturaleza (Ibanat), una vez que a mediodía se dio por estabilizado el incendio en la zona continuaron trabajando nos 130 miembros de brigadas forestales, bomberos y efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) apoyadas por las dotaciones de voluntarios de Protección Civil y unidades de la Policía Local de Santa Eulària y de la Guardia Civil.
Durante esas horas estaba también previsto que se pudieran desplegar los camiones autobomba movilizados por la UME para combatir directamente las zonas más 'calientes' y que se pudiera intervenir directamente con los medios terrestres con mayor eficacia en estos mismos lugares.
Las últimas previsiones meteorológicas, a su vez, confirmaron durante la tarde que no se esperaba presencia de vientos fuertes que pudieran causar nuevos problemas favoreciendo la aparición de nuevos focos distantes a los que ya se habían localizado. Se esperaba, por ello, dar hoy por controlado el fuego.
El consulado británico, por su parte, se ha mantenido durante todas estas horas en contacto con los responsables del Ayuntamiento de Santa Eulària y del Consell d'Eivissa para interesarse por la situación de sus conciudadanos ya que muchos de los residentes de Roca Llisa eran personas de esta nacionalidad y querían saber con certeza lo que estaba pasando en sus hogares y a los riesgos a los que se enfrentaban.
Una cuarentena de operarios vigilaron de noche para que no se reavivara el incendio
Otro dispositivo de 130 personas participó, antes de oscurecer, en tareas para refrescar la zona
J. J. Monerri | Eivissa |