Veinticuatro años de matrimonio al cubo de la basura y con una condena de 22 meses de prisión. Así ha concluido la relación de una pareja afincada en ses Païsses después de que la mujer, harta de las continuas desconsideraciones de su marido, decidiera denunciarle por varios capítulos de maltrato que la titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, la magistrada Martina Rodríguez, ha considerado probados, entre ellos el de desearle «una muerte dulce». En las disputas influyó, al parecer, la supuesta ludopatía que la afectada atribuía a su esposo.
La pareja ya se encontraba en proceso de separación cuando se produjeron diversos episodios de maltrato durante el pasado mes de abril, algunos de los cuáles fue testigo la policía ya que la víctima recibió varias llamadas telefónicas cuando estaba informando de lo que le ocurría.
El primer suceso probado ocurrió poco antes de la medianoche del día 2 de abril, cuando el sospechoso le comunicó a su mujer su intención de suicidarse al tiempo que, muy enojado, daba una patada a su coche.
El hombre, seis días después, recibió a su esposa, que había olvidado las llaves de casa, con todo tipo de insultos. Luego, el acusado ocasionó destrozos en la casa y arrojó a la mujer contra la cama. Se marchó del domicilio estrellando una lámpara contra la pared.
Sin que hubiera transcurrido una semana, la llamó prometiéndole que la iba a «rajar y que iba a quemar la casa» con ella dentro. Otra llamada más motivó aún más congoja en la mujer. Le exigió el coche «en diez minuto» y, que si no, «ella tendría la semana más amarga de su vida».
La afectada, víctima de agresiones, acudió entonces a la policía. Allí se repitieron las llamadas con insultos y amenazas, El maltratador, además, mostró sus deseos de que su pareja «tuviera una muerte dulce».
Éste, durante el juicio argumentó que su esposa le acosó sexualmente a la salida de la ducha y que él la rechazó durante 45 minutos, tesis que no cree cierta la juez.