La magistrada Clara Ramírez de Arellano, titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, dejó ayer vista para sentencia la causa de un hombre que tuvo que sentarse en el banquillo acusado de haber simulado la sustracción su coche para ocultar una relación con un supuesto delito de robo de combustible. El acusado, que negó todos estos extremos, se enfrenta a pagar una multa de 3.000 euros.
El sospechoso denunció a la Policía Local de Santa Eulària el robo de su coche el 30 de enero de 2010, vehículo cuya matrícula apareció luego en una investigación por un caso de sustracción de gasolina.
El propio afectado, minutos después de avisar a la policía, llamó al retén explicando que su coche había aparecido en un camino aislado de la zona de Roca Llisa. El vehículo no presentaba daños, pero le habían quitado la radio y un pico que había en el maletero.