Tendrán a buen seguro algo que contar a sus nietos. Vinieron cuatro días a Eivissa para la despedida de soltero de uno de ellos sin escatimar en gastos y pasaron dos ellos en un calabozo de Comisaría acusados de un robo en una discoteca de Vila. La juez Clara Ramírez, titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, los ha absuelto de lo sospecha que se cernió sobre ellos dos.
Bulent C., el novio, y otros de los tres amigos que lo acompañaban en su despedida fueron detenidos en la noche del pasado 9 de septiembre después de que una persona lo identificara ante el servicio de seguridad como las personas que le habían arrebatado una cadena de oro a su acompañante en la pista de baile cuando uno de ellos los distrajo y el otro le dio un tirón en el cuello a la víctima.
No volvieron a identificarlos más. Ni siquiera fueron al juicio a ratificar su denuncia, pero la policía, ante la insistencia de los afectados cuando ocurrieron los hechos, tuvo que detener a los entonces acusados.
De nada sirvió que éstos afirmaran que no habían llegado a pisar la pista de baile y que, en el momento de su arresto, cargados de dinero cuando pretendían alquilar una mesa en el privé, no se les encontrara ninguna cadena de oro encima. Doce días después, y tras celebrarse la boda de Bulent, volvieron expresamente a Eivissa para defender su inocencia en el banquillo.
Casa en ses Salines y cena en un restaurante de lujo
Los dos acusados tuvieron que demostrar en e l juicio que contaban con un buen trabajo en su país y que eran de acreditada solvencia. Pagaron 5.000 euros por disponer de una casa de ses Salines durante sus cuatro días de estancia en la Isla. Antes de su detención estuvieron cenando en un restaurante de lujo tras intentar antes disponer de una mesa en el local de moda: el Lío. Cuando Bulent fue apresado llevaba en su cartera 2.650 euros, calderilla para que a su amigos no les faltara de nada.