Pablo G.B., el ibicenco de 37 años detenido por la Guardia Civil de Sant Antoni por dedicarse supuestamente a vender cocaína aprovechándose las facilidades que le otorgaba su empleo en una empresa de alquiler de vehículo, quedó ayer en libertad después de que se depositara una fianza de 6.000 euros. El acusado, de cuyo arresto informó ayer este periódico, ingresó en prisión anteanoche y ayer mismo quedó en libertad provisional tras hacer frente a la cantidad que le fijó la juez María Risueño, responsable accidental del Juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa.
Los agentes del puesto de Instituto Armado de Sant Antoni sorprendieron al acusado cuando recogía una cierta cantidad de estupefacientes en la zona boscosa de Sant Antoni que había elegido para ocultar la cantidad de la que disponía. Agentes del Àrea de Investigación lo apresaron tras confirmar sus sospechas e intervenirle, junto con la droga que portaba, un total de 156 gramos de cocaína.
El presunto traficante, que una vez en el juzgado confesó estar dedicándose a esta actividad, había presuntamente emplazado en el bosque tres tubos estancos de PVC donde buena parte de la droga, en bolsitas de un gramo, se hallaba preparada para sus distribución. En total se requisaron 81 bolsitas de éstas, junto con otros envoltorios que contenían otros 75 gramos.
La cantidad intervenida rondaba los 9.000 euros pero su precio se podía haber duplicado 'cortando' de nuevo la droga. De hecho, a Pablo G.B. se le decomisaron también sustancias que se suelen utilizar para esta tarea y que bien podían haber sido empleadas en dos bolsas cuyo contenido aún no había sido preparado para su venta.
Este es el segundo servicio antidroga destacado que realizan los agentes de Sant Antoni en pocos días después de que esta misma semana se detuviera a Sylvan P.C., el portero de discoteca que abandonaba la Isla con 1.100 éxtasis, 4.600 pastillas medicamentosas, además de 13.600 euros procedentes de un robo.