Libres con cargos. Esta es la situación procesal en la que han quedado los tres detenidos por la policía en la última operación contra una asociación que fomentaba el cultivo y consumo de marihuana en Eivissa. Los responsables de este colectivo creían que estaban amparados en la legalidad e, incluso, invitaron a policías y guardias civiles a que visitaran su establecimiento para que vieran con sus propios ojos lo que estaba ocurriendo.
J.M.S., natural de la ciudad uruguaya de Montevideo y de 23 años, así como los españoles J.C.M.Ll. y J.L.V.H., de 28 y 35 años, pasaron anteayer tarde a disposición del juez Santiago Pinsach. Dos de ellos son los fundadores de esta iniciativa, una asociación que bajo el nombre de Green Lemon también intentaba regularizar su situación. El tercero fue apresado por los agentes de Comisaría cuando durante la tarde del domingo se disponía abrir el local de sa Capelleta, según la información recogida por este periódico.
El ‘coffee-shop' montado por la asociación Green Lemon llevaba funcionando desde septiembre (inauguración oficial el 7 de diciembre) tras hacerse sus fundadores con un bajo ubicado en el número 11 de la calle Canonge Joan Planells. La asociación contaba ya con cerca de 450 personas, muchas de ellas con un trabajo normal en la Isla. El bajo estaba abierto entre las cuatro de la tarde y las once de la noche y en su entrada un tablón explica las normas de comportamiento. Los detenidos explicaron en el juzgado que habían sido asesorados legalmente y que les habían dicho que todo estaba correcto. Es más, como ocurrió con la asociación que había en Jesús, llevaban un riguroso control documental y de contabilidad, con libros, de cada movimiento que se realizaba, así de los costes que suponía el mantenimiento de local y la inversión en el cultivo.
De hecho, los socios, que pagaban 10 euros para ayudar al mantenimiento de la instalación tenían derecho a llevarse dos gramos diarios, una cantidad que no era acumulable. Para llevarse más, era necesario presentar un certificado médico que demostrara que era necesario por enfermedad. Todo ello porque estaba establecido así para evitar precisamente que, de esta distribución, pudieran inferirse que había una actividad de tráfico de drogas.
El local vuelve a abrir sus puertas
El local que estaba utilizando la asociación Green Lemon fue desprecintado anteayer tarde. Los socios volvieron a disfrutar de él horas después de que quedaran en libertad con cargos los tres detenidos. Sin embargo, en el juzgado se les advirtió claramente que quedaba estaba expresamente prohibido retomar las actividades de cultivo y distribución de drogas. El bajo cuenta con barra y zonas recreativas, con mesas de billar y tenis de mesa. Dos habitaciones habían sido dotadas de sistemas e instrumental para facilitar el cultivo. En el registro policial se intervinieron dos kilos de hachís y marihuana, 47 plantas y 238 esquejes.
«Esto es un hobby que a mí me está costando dinero»
«Entre otras cosas monté esto porque mi mujer es antihumo y no me dejaba fumar en casa». Son declaraciones de José Luis, uno de los fundadores del colectivo Green Lemon en Eivissa, empresario y con nueve años de residencia en la Isla. Aún esta sorprendido por su detención y enfadado por cómo ocurrió todo. «Estamos estudiando demandar al abogado con el que nos asesoramos. Nos dijo que todo estaba bien y que si teníamos algún problema que lo llamáramos. Cuando estábamos en Comisaría no quiso saber nada de nosotros», aseguró. «Esto a mí me cuesta el dinero, 180 al mes le dije al juez. Es mi hobby», comentó ayer tarde en el local de sa Capelleta. Rodeado por los socios del local que seguían jugando al ajedrez o simplemente conversando. «Ahora cada uno tendrá que traer la marihuana de casa. Entregamos los estatutos a la policía en octubre y el 7 de diciembre hicimos la inauguración oficial. Incluso se anunció vía facebook», señaló tras hacer hincapié en que ellos no habían tenido ni un solo problema con los vecinos del barrio.