Los celos pueden convertirse en una enfermedad y así lo ha entendido la magistrada Martina Rodríguez, titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, tras resolver el caso de un joven de 28 años que agredió a un conocido cuando éste saludaba a su novia. El acusado, sobre quien el forense dictaminó que sufría esta dolencia, tendrá que someterse durante un año a tratamiento médico y a indemnizar al hombre al que atacó con casi mil euros.
La sentencia fue anunciada ayer mismo por la juez Rodríguez después de que el joven que se ha visto en esta tesitura pudiera ser juzgado por unos hechos ocurrido ahora hace casi cinco años en un bar de copas de Platja d'en Bossa.
Su víctima precisó varios puntos de sutura en la cabeza después de que éste, al entender que estaba flirteando con la que supuestamente era entonces su novia, le propinara un fuerte empujón que motivó que el afectado perdiera el equilibrio y se golpeara la cabeza con una barandilla. Como consecuencia de ello, necesitó quince días en curar, dos de ellos impeditivos.
Valoración
El fiscal, tras recibir los informes médicos, ya valoró en su día que el acusado no podía ser responsable criminal de dicha agresión. El reconocimiento forense también estableció que dicha persona sufría un cuadro de ideas delirantes de carácter celotípico, dolencia que se agravaba con el consumo de alcohol. Su trastorno, además, motivó en su día su ingreso hospitalario.
Dicha patología se ha considerado que correspondió con la crisis de celos que dicha persona padeció en la madrugada del 4 de marzo de 2007 cuando vió que otro joven se acercaba a su amiga. Según se ha reconocido durante la resolución de la causa, el acusado tenía anuladas sus capacidades «intelectivas y volitivas». «Lamento mucho lo sucedido», dijo ayer el acusado tras dar el visto bueno al acuerdo judicial alcanzado por su abogado y el fiscal. Al salir de la sala de vistas, además, pidió perdón expresamente a la víctima.