Justo la mitad de la pena a la que se enfrentaba. La juez Martina Rodríguez, titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, ha resuelto con dos años de cárcel la condena contra una residente de sa Penya que fue juzgada el pasado mes de febrero como sospechosa de robar a una vecina suya con la que las relaciones no eran precisamente buenas. Su problema fue que una imagen, parte del supuesto botín del robo, de una escultura de un torso desnudo de unos 30 kilos de peso descolgado desde un balcón, apareció en una fotografías de un portal por internet en el que se alquilaba una vivienda en otra zona de Eivissa.
La acusada, en una decisión judicial recurrida ante la Audiencia, negó haber sustraído la escultura, realizada por una artista alemana afincada en la Isla, así como otras dos piezas, dos esferas, que formaban parte de la colección de la afectada. Ninguna de las tres obras fue recuperada nunca.
La sospechosa mostró sus claras sospechas a que ella misma hubiera sido víctima de una montaje fotográfico en las imágenes que motivaron su procesamiento después de que supuestamente hubiera sufrido una invasión de sus cuentas de correo y personales en internet.
El robo se perpetró en octubre de 2006 en una casa de la calle Miranda cuando la denunciante y su marido se hallaban de viaje. Dicho torso era un regalo de cumpleaños de la mujer al hombre, persona que, incluso, se echó a llorar en la vista oral cuando habló de lo que supuso para él una pérdida que económicamente valoró en 6.000 euros.
Según la denunciante, se topó con su escultura cuando navegaba por internet y buscaba información en un portal de alquiler de casas muy nutrido en ofertas. «Fue una casualidad. Lo confirmé todo al ampliar la foto. Luego, pedí más datos mandando un mensaje a la dirección que figuraba y ésta me respondió con más imágenes», dijo la afectada.