En la madrugada del jueves al viernes se registró el primer robo violento de la banda del Rolex de la presente temporada turística. Ocurrió en el Passeig Joan Carles I a la altura del Ibiza Gran Hotel. El robo se produjo de la manera tradicional. Es decir, dos jóvenes en motocicleta -ambos cubiertos con sendos cascos- se acercaron a un hombre que portaba un reloj de lujo en su muñeca.
Uno de los jóvenes de la moto se bajó de la misma y se acercó a la víctima, un hombre de mediana edad y nacionalidad extranjera. De forma violenta le arrancó el reloj del brazo, mientras su compinche esperaba al lado con el motor de la moto en marcha. Cuando logró quitrarle el reloj, se subió en la moto y ambos desaparecieron. La víctima resultó ilesa. El precio del reloj, que en esta ocasión no es de marca Rolex, es de unos 1.100 euros. No es un precio muy caro, ya que en temporadas anteriores estos grupos especializados han llegado a lograr robar relojes de oro y diamantes valorados en más de decenas de miles de euros.
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Eso está muy mal, fatal. Pero hay que reconocer que llevar un reloj de 1.100, 5.000 o 20.000 €uros es una provocación, porque ¿es necesario llevar un reloj tan caro?. ¿Acaso uno de 500 € no marca correctamente la hora?. Además, hoy en día con los teléfonos móviles ya no es necesario llevarlos.