La Fiscalía de Sevilla ha recurrido la sentencia de dos años y medio de cárcel impuesta al torero José Ortega Cano por un accidente de tráfico mortal y ha pedido a la Audiencia de Sevilla que sea ampliada a cuatro años y que incluya el delito de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas.
La fiscalía, en un recurso al que ha tenido acceso Efe, pide que se tenga en cuenta la prueba de alcoholemia hecha con la sangre que conservó el hospital donde quedo ingresado el torero ya que estos centros «tienen perfectamente protocolizados todos sus sistemas de atención, que están avalados con criterios científicos de absoluta fiabilidad».
Ortega Cano fue condenado a dos años, seis meses y un día de cárcel por delitos de homicidio por imprudencia grave y conducción temeraria, por el accidente que provocó el 28 de mayo del 2011 cuando circulaba a 125 kilómetros por hora en una carretera de la provincia de Sevilla limitada a 90 y en el que murió Carlos Parra.
La Fiscalía intenta que la Audiencia provincial incluya un tercer delito contra la seguridad vial en su modalidad de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas, que permitió situar su petición inicial de condena en cuatro años.
La prueba de alcoholemia practicada a Ortega Cano en el hospital Virgen Macarena de Sevilla, donde quedó ingresado en estado grave, arrojó 126 gramos de alcohol por litro de sangre, el triple de lo autorizado, pero la juez penal rechazó esa prueba porque se hizo 18 días después del siniestro y porque las muestras se tomaron para fines terapéuticos y se rompió su cadena de custodia.
La juez anuló la alcoholemia por haberse roto la cadena de custodia de las pruebas judiciales pero la fiscalía dice que « un fallo en la actuación médica puede costar una vida, por tanto dar mayor fiabilidad al protocolo establecido por el Ministerio de Justicia que al protocolo clínico de urgencias del hospital es absurdo».
El fiscal de seguridad vial de Sevilla pide a la Audiencia que revise la sentencia en una vista y que vuelva a tomar declaración al enfermero que extrajo sangre al torero y al celador que trasladó las muestras al Banco de Sangre del hospital Virgen Macarena, cuya declaración no fue admitida en el juicio ante el juzgado penal.
A juicio de la fiscalía, la defensa «ha querido levantar dudas y sospechas absolutamente injustificadas sobre una presunta manipulación de la muestra de sangre obtenida al acusado, en un intento desesperado de evitar la condena por conducción bajo los efectos de bebidas alcohólicas».
Este recurso de la fiscalía se unirá al que presentará la defensa del torero en los próximos días, donde pedida la libre absolución por entender que el accidente se produjo cuando Ortega Cano sufrió un vahído o desvanecimiento, consecuencia de la arritmia cardíaca que sufre.