Los medios aéreos y los terrestres fueron muy eficaces y lograron parar a tiempo el incendio que el martes por la tarde se declaró, por causas que aún se desconocen, en la zona de Cas Pou, en cala Vedella. El fuego quemó apenas 11.000 metros cuadrados, pero hubo momentos de tensión y peligro.
Ayer por la tarde los especialistas del Instituto Balear de la Naturaleza (Ibanat) aún no habían dado el incendio por controlado y varios equipos de bomberos y también los servicios aéreos continuaban refrescando la zona para asegurarse de que las llamas no se reavivaran.
«Cala Vedella es una ratonera, es una escenario complejo, el fuego no encuentra lugar para salir sin pasar por casas», destacó ayer el jefe del Área del Ibanat en Eivissa y Formentera, José Julio Argandoña, que el martes actuó como jefe de extinción en el incendio.
La faja de 25 metros
Argandoña también recordó ayer el hecho de que muchos propietarios no cumplen con la obligación de mantener limpia de vegetación una faja de 25 metros alrededor de sus viviendas para impedir que el fuego se acerca con peligro a las casas.
«En algunos lugares ya se está empezando a cobrar los servicios de extinción a las personas que no han realizado esta operación, que es su obligación», advirtió el jefe del Ibanat en las Pitiüses.
Por su parte, el concejal de Gobernación de Sant Josep, Serafín Grivé, destacó «el buen trabajo» de los equipos de extinción. «En un primer momento nos preocupamos un poco y pensamos que podía convertirse en un incendio como el del año pasado en es Cubells [también en el municipio de Sant Josep]», reconoció el concejal. «Está todo muy seco y veíamos cómo las piñas saltaban como si se tratara de bombas incendiarias», añadió.
Por el momento, señalaron Grivé y Argandoña, se desconocen las causas del fuego, que están investigando tanto los agentes de Medi Ambient de la conselleria balear como los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. Al parecer, las investigaciones se centran en una casa de la zona.