Susto de altos vuelos. El pasaje de un avión que cubría la ruta entre Palma y Eivissa nunca olvidará la desagradable experiencia que les tocó vivir por culpa de un perturbado que trató de suicidarse en pleno vuelo.
En torno a las 11,00 horas de ayer, varios pasajeros y la tripulación auxiliar del avión se percataron de que un rumano de 44 años de edad se dirigía a la puerta de la aeronave, visiblemente alterado y en un alto grado de nerviosismo, y trataba de abrirla con la finalidad de acabar con su vida y la del resto del pasaje.
La reacción de varios viajeros fue de manera instintiva levantarse de sus asientos y al ver peligrar su vida lanzarse contra esta persona y con ayuda del personal de tripulación lanzarlo contra el suelo y reducirle con el uso de la fuerza estrictamente necesaria.
Acto seguido, el comandante del avión alertó de la incidencia a la torre de control del aeropuerto de Eivissa solicitando la presencia de la Guardia Civil al tomar tierra. La torre de control autorizó el aterrizaje de manera preferente. El avión tomó tierra en Eivissa a las 11,30 horas y allí estaban esperando los agentes de la Guardia Civil, que accedieron al avión y procedieron a la detención del sujeto.
Al ser interrogado, los guardias detectaron que se trataba de una persona con las capacidades mentales mermadas y solicitaron la presencia de una ambulancia del SAMU-061 para que procediera al traslado de la misma hasta el área de psiquiatría del hospital de Can Misses, en Eivissa. El traslado se realizó bajo vigilancia de una patrulla de la Benemérita.
Según información a la que ha tenido acceso este periódico, el sospechoso viajó totalmente solo y sin ningún tipo de equipaje. Unos cinco días antes de producirse el altercado, el mismo varón había realizado el mismo trayecto pero en sentido opuesto.
Fuentes oficiales han confirmado que el detenido pretendía suicidarse y para ello tenía pensado activar el dispositivo de apertura manual de la puerta del avión y lanzarse al espacio.
Es importante destacar que la rápida actuación del pasaje y de la tripulación (que en todo momento mantenía vigilado al viajero por su comportamiento extraño) evitó una desgracia.
El ciudadano rumano se enfrenta a un delito contra la seguridad aérea, pero deberán ser los especialistas de Can Misses quienes evalúen el estado mental del arrestado.