La Policía tailandesa ha encontrado en Bangkok el cadáver descuartizado de un ciudadano español, que fue presuntamente asesinado en un caso de extorsión, confirmaron este jueves fuentes policiales.
Los primeros restos fueron localizados el pasado sábado en el río Chao Phraya, que cruza la capital tailandesa, y desde entonces han aparecido diseminados en el agua más partes del cadáver, declaró el oficial de policía Panya Mamen a la prensa en la capital tailandesa.
El cadáver, desmembrado en al menos siete partes, pertenece a un varón de alrededor de unos 40 años y unos 165 centímetros de altura, según el policía, quien explicó que se ha solicitado la «colaboración» de la Policía española.
La víctima era un ejecutivo que fue visto con vida por última vez el pasado 20 de enero en Bangkok, ciudad a la que llegó el día anterior en un vuelo procedente de Irán.
Según la investigación preliminar, la policía apunta a un caso secuestro, extorsión y asesinato.
«Tras convencerlo para que hiciera algo para ellos, lo asesinaron y trataron de borrar las pruebas, razón por la que lo descuartizaron y arrojaron las partes del cuerpo al río», aseveró el agente policial.
La Policía ha detectado trasferencias desde cuentas corrientes del español a entidades de Singapur, España y Tailandia.
Familiares de la víctima habían denunciado su desaparición desde hace unos días, según fuentes cercanas al fallecido.
«Hemos cotejado la información con la Embajada del país del muerto y después del proceso científico el resultado apunta que es la misma persona (desaparecida)», dijo Mamen.
Al ser consultado sobre si se refería a la legación española, el oficial contestó «sí, correcto».
El oficial indicó que hay al menos un sospechoso, que presuntamente aún se encuentra en el país, y que podría haber detenciones en unas 48 horas.
Las autoridades tailandesas siguen la pista de uno o varios extranjeros, aunque también sospechan que hay tailandeses que al menos tenían conocimiento del crimen.
Las autoridades registraron el apartamento donde el español residía de manera temporal en una de las avenidas más importantes de la urbe.
Una amiga de la víctima describió al español asesinado como una persona «normal y muy trabajadora».