«Fueron unos segundos pero pasé mucho miedo. Pensé que me mataba». Así recordaba ayer una de las víctimas el episodio de violencia sufrido hace una semana en la finca Rústico de la avenida Sant Jordi de Vila.
Siete días después, Elena, todavía presenta en su cara las secuelas de la agresión: un ojo morado fruto de un puñetazo que la tiró al suelo. «Lo peor vino después, pensé que me golpeaba con el hacha», indicó minutos antes de prestar declaración ante el juez.
El titular del juzgado de instrucción número 1 de Vila que investiga el caso tomó declaración al hombre de 44 años detenido por los hechos, así como a las víctimas del ataque con hacha y los testigos presenciales.
Una semana después, las víctimas del ataque continúan teniendo «la sensación de miedo en el cuerpo».
El agresor, de 44 años, fue detenido por los agentes de la Policía Nacional que acudieron al escenario de los hechos alertados por los vecinos. Los agentes se vieron obligados a desenfundar su arma reglamentaria ante las amenazas del hombre. La misma tarde de los hechos, el juez ordenó su ingreso en prisión.
Durante toda la mañana de ayer, el juez escuchó el testimonio de todos los implicados en los hechos. Una cuestión económica podría ser el detonante de la violenta reacción del hombre de 44 años detenido por la Policía Nacional.