Prisión eludible bajo fianza de 2.000 euros y prohibición de acercamiento a las víctimas. Son las medidas acordadas por el titular del juzgado de instrucción número 1 de Eivissa que, en funciones de guardia, se hizo cargo del ataque con hacha cometido por un vecino de Vila en un inmueble de la avenida Sant Jordi.
El juez imputa al acusado un delito de amenazas y lesiones. El detenido, de 44 años, está en prisión desde la misma tarde de los hechos. El acusado, que lleva 8 días en prisión, declaró por primera vez ante el juez ya que en su día no lo hizo.
Durante la mañana del lunes también prestaron declaración las víctimas y testigos presenciales de los hechos acontecidos el mediodía del lunes 7 de marzo.
Las víctimas solicitaron la adopción de medidas de alejamiento del detenido por el ataque.
Elena, una de las víctimas que recibió un puñetazo en el ojo y que estuvo a punto de ser golpeada por el hacha, explicó que «durante unos segundos pasó auténtico pánico». Elena está citada para dentro de unas semanas, ya que deben someterse a una revisión forense que evalúe el alcance de las lesiones.
«Queremos pasar página y superar este trance lo más pronto posible», señaló al PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA Elena, quien añadió que todavía tiene pesadillas.
Según narró esta víctima, la agresión se desencadenó cuando el detenido se personó en su casa «reclamando una suma económica y el hacha que se había traído de un viaje a la India».
Los vecinos apuntaron ayer que sienten «mucho miedo y temen represalias».
De hecho, uno de ellos denunció que la misma noche del ataque sufrió las amenazas de un amigo del detenido.
«En el Rústico había cierta tranquilidad hasta que pasó lo que pasó», señaló una de las víctimas que espera que «todo este asunto pase pronto y vuelva la tranquilidad».
El agresor, de 44 años y nacionalidad española, fue detenido por los agentes de la Policía Nacional que acudieron al escenario de los hechos alertados por una de las vecinas que el lunes acudió a los juzgados para prestar declaración por el violencia desatado el mediodía del lunes 7 de marzo.
Los agentes se vieron obligados a desenfundar su arma reglamentaria ante las amenazas del hombre. La misma tarde de los hechos, el juez ordenó su ingreso en prisión.