El incendio del cementerio de neumáticos situado en la localidad toledana de Seseña ha quedado confinado tras 13 horas de trabajo a una superficie cercana a las 11 hectáreas, casi las tres cuartas partes de la superficie total de la parcela, ya que otras tres han quedado a salvo de las llamas gracias a los trabajos de cortafuegos realizados por los efectivos antiincendios.
Así lo ha confirmado en declaraciones a los medios el inspector del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid, Luis Villarroel, quien ha señalado que ahora «queda la dura tarea de proceder a extinguir esa masa de neumáticos semiquemados».
Villarroel ha señalado que no se descarta tener que cortar el tráfico en la autopista R-4 debido a la posibilidad de caída del cableado de alta tensión que pasa por encima y que puede verse afectado por las llamas.
Ha precisado que la extinción total del fuego tendrá complicaciones ya que se trata de «un producto impermeable, resistente al agua y que adquiere una alta temperatura».
En estos momentos, ha detallado, quedan una treintena de efectivos trabajando tanto de Madrid como de Castilla-La Mancha, repartidos en 10 unidades de trabajo a las que se han sumado dos hidroaviones del Ministerio de Agricultura.
El personal se retira del flanco menos estabilizado por el viento
De su lado, el oficial director del Consorcio de Bomberos de Toledo, Pedro Antonio Ruiz, ha apuntado que el flanco sur está totalmente controlado, pero todo el personal que estaba trabajando en la extinción de las llamas ha tenido que abandonar el flanco derecho por el cambio de la dirección del viento.
Este flanco derecho cuenta con un cortafuegos no tan consistente como el flanco sur, por lo que según ha precisado, habrá que esperar a que los operarios puedan regresar al lugar para ver si finalmente se puede controlar también el paso de las llamas.
Una vez se pueda comprobar el flanco derecho cuando cambie el viento, la estrategia prevista es volver a tirar agua en la zona y volver al flanco norte a apuntalar otro cortafuegos.