Un restaurante giratorio en un rascacielos de Atlanta fue el escenario de un lamentable accidente el pasado viernes. Un niño de 5 años falleció después de que se quedara atrapado entre un muro inmóvil y una mesa que se movía junto con el suelo del local.
Según las primeras informaciones, la cabeza del menor quedó atrapada y, aunque el movimiento rotatorio se detuvo, las heridas sufridas impidieron que los sanitarios pudieran hacer nada por la vida del niño, que murió más tarde en el hospital.
«El chico sólo estaba vagando como lo hacen los niños. De alguna manera se encontró en una situación crítica donde quedó atrapado entre el suelo rotatorio y la pared», dijo a la prensa Warren Pickard, un portavoz del Departamento de Policía de Atlanta.
El chico, cuya cabeza quedó atorada en unos 13 cm de espacio, según la policía, fue identificado como Charles Holt, de Charlotte, Carolina del Norte. Su muerte fue declarada accidental debida a lesiones aplastantes en su cabeza y cerebro.