Antes de los terremotos que asolaron Nepal entre abril y mayo, este país asiático ya vivía en la penuria económica, cronificada en ocasiones gracias a creencias y tradiciones que obstaculizan el progreso nacional.
Entre los dogmas de la sociedad nepalí, especialmente en las zonas rurales, todavía continuan vigentes los que señalan fenómenos absolutamente naturales tales como la menstruación o el parto como si de algo impuro se tratara. Así, cuando tienen el periodo, las mujeres deben abandonar su casa y refugiarse, en caso de tener, en los corrales. Igualmente, las mujeres se ven obligadas a pasar 11 días a la intemperie tras dar a luz.
Además de su significación social, ellas y los recién nacidos deben correr riesgos como la posibilidad de sufrir una infección por las insalubres condiciones en las que viven o asumir el peligro de ser atacadas por los animales salvajes.
En la región de Kas Kikot, donde actúa la ONG Via Oberta a Nepal, el doctor Rajnesh dirije el proyecto de reconstrucción social de la entidad ibicenca. Con el desarrollo de este programa, el galeno pretende aprovechar la conyuntura del terremoto para generar otro en el seno de la sociedad nepalí: «Podemos ser parte del cambio», expresó emocionado Rajnesh a este periódico.
Dicho programa, coordinado con el Ministerio de Educación de Nepal, prevé visitar todos los colegios de la región de Kas Kikot. Dos médicos, un doctor y una doctora, interactuarán con los alumnos de entre 12 y 16 años en grupos separados por sexos con la finalidad de sensibilizarlos sobre la naturalidad de la menstruación y el parto.
En un entorno en el que se promocionará la confianza, se invitará a los alumnos a razonar sobre estas cuestiones y a plantear sus dudas.
Rajness tiene claro que el éxito de esta campaña radica en incluir a los chicos: «La sociedad nepalí está firmemente arraigada en el patriarcado, los matrimonios son concertados y se celebran entre los 14 y 16 años; si no les educamos repetirán el mismo patrón obsoleto y absurdo con sus hijas», indicó el médico.
El doctor Rajnish –de origen humilde y que pudo llegar a ser pediatra gracias a la ONG ibicenca– agradece el apoyo recibido desde Eivissa: «Gracias a vosotros puedo ser parte del cambio imprescindible en la reconstrucción a todos los niveles de Nepal, incluyendo las costumbres arcaicas que enferman y estancan al país».