Miguel Torres (Sant Antoni, 1974) autor de las novelas históricas Siset, una història de Buscastell y La vida de Mario, ésta última publicada a mediados de 2012, vuelve a estar de actualidad gracias a su nueva creación: Herederos de un deber. Una obra que supone su primera incursión en la novela negra y que está ambientada de forma paralela en Nueva York a principios del siglo XX y en la Eivissa de nuestros días. Una historia con el sargento Andrés Villalba como protagonista, que engancha desde las primeras páginas y que ya se puede adquirir al módico precio de 6.50 euros solo en versión para e-book a través de la plataforma de internet Bubok (herederosdeundeber.tk).
—Su obra, Herederos de un deber, supone un giro en su trayectoria. ¿Por qué una novela negra propiamente dicha?
—Porque me apetecía escribir algo diferente y ver cómo me comportaba con un género que antes no había tratado del todo. Y la verdad es que la experiencia me ha gustado mucho.
—La historia está ambientada en Nueva York a principios del siglo XX y en la Eivissa actual. ¿Ha sido muy difícil lograr que nada falle en la trama sin contar con alguien que le ayude como tienen los escritores consagrados?
—[risas] Complicado no, yo diría que incluso ha sido divertido. Además, he usado un sistema muy sencillo que me ayuda y que es casi como un secreto que no quiero desvelar.
—¿Y mantener el nivel de intriga de la historia casi hasta el final? ¿Ha sido difícil?
—Un poco. Por eso, cuando me preguntan por la trama intento no desvelar demasiadas cosas. Prefiero que el lector lo haga solo.
—Herederos de un deber, también, al igual que sus dos novelas anteriores, tiene su parte histórica. ¿Disfruta más documentándose que escribiendo?
—Bueno, me gustan las dos partes por igual. Las dos son apasionantes. Eso sí, cuando me pongo a documentarme me meto de lleno y soy capaz de estar más de año y medio en ello, como hice con la España del principios del siglo XX, la época del pistolerismo, la Semana Trágica o los inicios de la Guerra Civil, reflejados en la primera parte de La vida de Mario. Y lo mismo para Siset, una història de Buscastell, donde estudié los tiempos del contrabando en la isla, en una zona tan rural como Buscastell.
—Otro de los puntos fuertes en sus obras son sus personajes. ¿Tambíén se mete de lleno en ellos?
—[risas] Lo intento. Es fundamental que los personajes resulten lo más reales posibles para que el lector se sienta identificado con la historia. Y para eso también investigo y leo mucho sobre temas como el dolor o el miedo a la muerte inminente.
—Tras hacerlo con Siset. Una historia de Buscastell y La vida de Mario, vuelve a apostar por internet para la difusión de su libro. ¿Por qué?
—Fundamentalmente por una cuestión económica. La plataforma en la que he publicado Herederos de un deber me cobraba mucho por cada ejemplar si lo vendía uno a uno y a día de hoy eso no me lo puedo permitir. Ahora creo que el precio final para el lector es muy asequible y además soy de los que piensa que se puede llegar a más gente a través de Internet. Además, me hecho unas tarjetas donde aparece la dirección donde te puedes descargar la novela y que voy entregando poco a poco [risas].
—¿Cree entonces que Internet es el futuro?
—No sé si tanto, pero sí es una plataforma muy interesante para jóvenes escritores. La novela en papel no creo que desaparezca y, de hecho, mis dos anteriores novelas también han sido editadas en formato clásico, pero es cierto que para los escritores que no tienen un nombre o que están empezando es complicado encontrar hueco en las grandes editoriales.
—Entonces, ¿cómo ve su futuro para los jóvenes escritores como usted?
—Complicado. Vivir sólo de la literatura es una quimera porque sólo hay unos escogidos. Yo pienso que lo mejor es hacer como hago yo, ver la escritura como un hobby que me divierte, mientras tengo un trabajo que realmente es el que me aporta un sueldo para llegar a fin de mes.
—¿Y por qué se hizo escritor?
—No es una cosa que decides. Es una inquietud que tienes dentro desde que eres pequeño. Conmigo al menos fue así, primero empiezas a escribir pequeños textos, luego sigues con relatos y cuando te quieres dar cuenta has has escrito Siset.Una història de Buscastell. Y de ahí a dos novelas más y con ganas de seguir creciendo y mejorando. Con ganas de que cada nueva historia sea mejor que la anterior. En mi caso no es una cuestión de ego, sino de satisfacción personal.
Ganador del premio de poesía Puig de Missa en la categoría de Castellano
Miguel Torres también escribe poesía y muy bien, como refleja el hecho de que en 2010 ganó el premio Puig de Missa en la categoría de Castellano. Ha editado un poemario, Les emprentes del temps y ahora prepara un segundo, que también verá la luz en Internet. “Mi relación con la poesía es extraña porque no suelo leerla para mí es como una catarsis, cuando necesito sacar algo, mis pensamientos se convierten en versos”.