En el verano de año 1928 dos estudiosos mallorquine, Baltasar Samper y Ramón Morey, viajaron hasta Eivissa y Formentera para hacer una recopilación de las canciones catalanas e incluirlas en una obra de investigación que se inició en 1923 y terminó en 1936. Una búsqueda muy extensa que quedó reflejada en el volumen número 10 junto al modo de vida de los pitiusos, fotografías y costumbres de la época, y en la que además conocieron a Pep Xico Bet (Sant Agustí, 1876-1937), un agustiner que aunque no sabía escribir fue el autor de canciones populares ibicencas muy conocidas como Es pobres no podem viure y Des que no hi ha eleccions, consideradas anónimas hasta hace muy poco.
Para explicar esta apasionante historia estuvo ayer en Can Curt el monje benedictino Josep Massot i Muntaner, una eminencia de la cultura catalana que ha recibido diversos galardones culturales como la Creu de Sant Jordi o el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes en 2012. Una conferencia que también incluyó una interpretación de uno de los temas de Pep Xico Bet por parte de Vicent Palermet, y que está incluida dentro de las actividades organizadas por la Associació de Veïns de Sant Agustí y el Ayuntamiento de Sant Josep para homenajear a su vecino Bet y que incluye además una exposición de fotografías antiguas en Can Curt que se podrá visitar hasta el próximo día 28 de febrero de 19.00 a 22.00 horas.
Massot ha sido el encargado de realizar una selección de este trabajo de investigación que se realizó entre 1923 y 1936 y que se conoce como Obra del Cançoner Popular de Catalunya. «He hecho una selección de material que me ha llevado muchos años ya que son 21 volúmenes que representan tan sólo el 5% del material real», explicó el filólogo momentos antes de comenzar su conferencia. Un material que estuvo escondido durante la Guerra Civil y cuya búsqueda fue financiada gracias a un mecenas catalán, Rafel Patxot, «que heredó de una cuñada muy rica y decidió invertir el dinero en la investigación cultural en colaboración con el Orfeó Català».
La investigación que comenzaron Samper y Morey, y que también les llevó a Menorca y Mallorca, se detuvo en 1936. cuando empezó la Guerra Civil. Según el propio Massot, fue entonces cuando dicho mecenas escondió todo el material. «No quería que Francisco Franco se hiciera con los archivos y por ello se propuso esperar a que éste muriera, en 1975, pero desgraciadamente él murió antes que el dictador y fueron sus herederos los que se encargaron de entregar estos archivos que estaban desperdigados entre Barcelona y Suiza a la Abadía de Montserrat», relató Josep Massot, quien recordó que él lo «único» que ha hecho ha sido clasificarlos, puesto que «los de Suiza estaban muy bien ordenados pero los de Barcelona no».
Una Eivissa muy pobre
El monje benedictino también explicó durante su conferencia en Sant Agustí que en el año 1928 la vida en Eivissa y Formentera estaba muy atrasada con respecto al resto de la Península. Tal es así que aseguró que «se planteó no publicar ciertas cosas, pero al final es historia y hay que conocerlo». Concretamente, Massot reseñó que «los dos investigadores que visitaron las Pitiüses durante ese año se extrañaban de que los ibicencos no les invitaran a sus casas y eso era porque les daba vergüenza mostrar sus viviendas, al ser muy pobres y no tener ni siquiera servicios sanitarios».
Igualmente, el conferenciante también destacó que la Obra del Cançoner Popular de Catalunya no sólo es una recopilación de letras y canciones de los Països Catalans sino también un amplio archivo de fotografías de la época, de los campos y las fincas junto a muchas notas que explican cómo se vivía entonces. Una vida que, según Massot, «no tenía nada que ver con la de ahora y que obligó a muchos baleares y pitiusos a emigrar a Cuba y a países de América del Sur para buscarse la vida».