Una productora norteamericana llevará en breve a la pantalla la vida, pero sobre todo la muerte, de uno de los grandes iconos del siglo XX, la actriz Marilyn Monroe. Esta productora ha recabado datos sobre la muerte, ocurrida en 1962, y se decanta por la suposición del asesinato.
Esta empresa sigue desde hace tiempo la pista de Lionel Grandison, un ex empleado forense de Los Àngeles que trabajó en la autopsia de Marylin y que, según su propio testimonio, fue obligado a certificar que la causa era un suicidio, cuando la realidad no era tal. El guión del film se centraá en la figura de este empleado.