La reina de Inglaterra, Isabel II, se dejó caer hoy por sorpresa durante la celebración de una boda civil en el ayuntamiento de Manchester mientras visitaba esa ciudad del norte del país.
La soberana británica, vestida de rosa y acompañada de su inseparable marido, el duque de Edimburgo, se encontraba en esa ciudad como parte del «tour» que realiza por todo el Reino Unido para conmemorar su Jubileo de Diamantes, sus sesenta años en el trono.
Con su inesperada aparición en el enlace, Isabel II, de 85 años, sorprendió a los recién casados, John y Frances Canning, que habían reservado el espacio antes de que fuera anunciada la visita real e hizo las delicias de los invitados.
La pareja de novios, natural de la localidad inglesa de Prestwich, pudo además fotografiarse junto a la monarca, que acababa de asistir a un almuerzo en el ayuntamiento de esa ciudad.
Antes de pasar por el consistorio, Isabel II y el príncipe Felipe habían visitado la vecina ciudad de Salford, y también inauguraron el Hospital Infantil de Manchester, el Hospital de Ojos, el Hospital de Saint Mary y una nueva ala de la Enfermería Real.
El pasado 20 de marzo, la reina se comprometió ante diputados y lores a servir al Reino Unido «en los próximos años», en un histórico acto celebrado en el Parlamento que estuvo marcado por la emoción y la solemnidad.