Si no abandona su acta tras haber sido cesado por el presidente insular, Llorenç Córdoba, el hasta hoy vicepresidente del Consell de Formentera, José Alcaraz, seguirá formando parte de la Corporación como conseller electo y miembro del grupo de Sa Unió. Sin embargo, no formará parte del Gobierno insular porque Córdoba también lo ha cesado como miembro de la Junta de Gobierno del Consell.
Hasta ahora, Alcaraz ejercía como conseller de Promoción Económica y Administración Insular y era el vicepresidente tercero de la institución. Entre sus funciones estaban las de impulsar la actividad comercial, artesanal y de ferias y mercados, además del emprendimiento económico en Formentera. También se ha hecho cargo de la elaboración de los Presupuestos de la institución para 2024 y de la gestión de los servicios generales, corporativos y de Intervención y Secretaría del Consell. Un trabajo por el que el también presidente del PP en Formentera percibía una retribución anual de 52.425 euros brutos, distribuidos en 14 pagas.
Tras su destitución, y si decide permanecer en el Consell, José Alcaraz solo cobrará por su asistencia a los plenos y a las comisiones. Cada mes, se celebran un pleno y tres comisiones. En el caso de las sesiones plenarias, la retribución es de 200 euros, mientras que por participar en las comisiones los consellers de la oposición perciben hoy 110 euros. Estas remuneraciones tienen una retención del 20% por lo que Alcaraz percibirá por esta ocupación unos 400 euros mensuales netos.
La situación en el Consell formenterés, es en estos momentos compleja. Y es que aunque fue Sa Unió la coalición que ganó por mayoría absoluta las elecciones, el presidente, Llorenç Córdoba, ya no forma parte de la misma, tras ser expulsado. Córdoba se mantiene al frente de la institución en calidad de conseller no adscrito, lo que deja con el mismo número de representantes, ocho consellers, a Sa Unió que a la oposición, formada por GxF y el PSOE. Ahora, su equipo de Gobierno, con el que no mantiene comunicación, pierde a Alcaraz, tras decidir destituirle apelando a que estaba bloqueando el trabajo. Los ocho consellers de Sa Unió, con Alcaraz incluido, barajan en estos momentos diversas opciones, entre las que se encuentran la presentación de una moción de censura contra Córdoba e, incluso, la dimisión en bloque de todos ellos. Esta última opción ya fue analizada al inicio de la crisis, en noviembre del año pasado, cuando Córdoba, sin haber avisado a nadie, dio a conocer su intención de retirar su apoyo al Govern de Marga Prohens en el Parlament. Poco después, este periódico publicó en exclusiva que tras el malestar de Córdoba con el PP balear se encontraba la negativa de este a abonarle un sobresueldo como diputado autonómico. El anuncio de Córdoba abrió una grave crisis en Formentera y, en estos momentos, todo indica que la situación está muy lejos de resolverse y que, incluso, podría aún empeorar.
Mientras tanto, Córdoba permanece atrincherado en el cargo de presidente y, dada la dificultad de trabajar con los consellers de Sa Unió, se ha rodeado de un grupo de fieles con los que gestiona las áreas de su competencia, Litoral y Sector Primario. Tras destituir a Alcaraz, ha anunciado que su intención es repartir las áreas gestionadas por este entre los consellers de Sa Unió. Sin embargo, estos acordaron ya el lunes que no aceptarían el ofrecimiento, con lo que lo más probable es que sea el propio Córdoba el que se haga cargo de ellas, convirtiéndose así en presidente del Consell y conseller de Litoral, Sector Primario, Promoción Económica y Administración Insular, además de responsable de las zonas de La Mola, es Caló y es Cupinà. A estos cargos hay que sumar los que ya ejerce como diputado autonómico en el Parlament y vocal en el consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Baleares. Las remuneraciones, en su caso, superan muy probablemente los 100.000 euros brutos anuales.