Entre 600 y 800 personas, según fuentes de la Policía Nacional, se sumaron ayer a la Marcha por la Dignidad convocada en todo el país y que en las Islas contó con el apoyo de unas 30 asociaciones civiles. La protesta tuvo como eje central la crítica a las políticas económicas impuestas por la troika y la defensa a ultranza de los derechos económicos, sociales y laborales y las libertades democráticas de los ciudadanos. Sin incidentes, la manifestación salió de Cort a las 11.30 horas hacia la plaza Miquel Dolç, en el barrio de Son Gotleu, donde cerca de las 13.00 horas se leyó el manifiesto.
El recorrido de la Marcha por la Dignidad de Palma, desde Cort a Son Gotleu, «es una forma de dar la espalda al centro de poder político o institucional, que no escucha. Queremos dirigirnos a quienes más padecen los efectos de la crisis», afirmó Tonina Mercadal, de Memòria de Mallorca.
Irene Salamanca, de la Plataforma Crida, leyó el manifiesto, en el que los convocantes criticaron a grandes superficies y grandes cadenas hoteleras que «en el último periodo han tenido unos beneficios más grandes que nunca sin que esto haya supuesto la creación de puestos de trabajo».
Elecciones europeas
Biel Caldentey, del Stei-i, destacó la indignación de los ciudadanos y la importancia de las próximas elecciones europeas: «La troika solo prima el pago de la deuda. Las elecciones europeas deberían ser una buena ocasión para oponerse a las políticas de austeridad».
Angela Pons, de Stop Desahucios, aseguró que cada día se suma más gente a las manifestaciones en favor de los derechos civiles: «Lo más importante es perder el miedo», señaló.