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El decreto del catalán amenaza con la fuga de los radiólogos de Can Misses

Paco Cuesta, coordinador del servicio de Radiología en el Hospital de Can Misses. | Daniel Espinosa

| Eivissa |

«Las autoridades sanitarias de Balears tendrían que estar tomando medidas ante la situación de emergencia sanitaria que sufre el servicio de Radiología de Ibiza», denuncia Paco Cuesta, coordinador del servicio en el Hospital de Can Misses. Una especialidad en la que no hay, a día de hoy, paro en España y que permite a los miles de profesionales encontrar trabajo en cuanto finalizan sus estudios. El caso es que, en la isla, la falta de personal ha provocado que de las 10 plazas disponibles para completar la plantilla solo estén cubiertas cuatro, tres de ellas por interinidades. «Y ahora somos tres porque una compañera está de baja maternal desde mayo y hasta febrero», explica Cuesta. Plaza que no se ha cubierto a pesar de tener la misma carga de trabajo.

En este sentido, este castellanoleonés que lleva 17 años ejerciendo en Ibiza, asegura que sumar la imposición del catalán a todos los sanitarios que «ya tienen suficiente con el tema de los alquileres», conseguirá que los que están se vayan y los que se plantean venir, no lo hagan. «Cuando alguien tenga un nódulo en la mama o cuando un niño sufra un dolor abdominal y no haya un radiólogo que les haga una biopsia o una ecografía tendrán que irse a Mallorca», critica.

Cuesta reconoce que a él no le afecta, directamente, el decreto del catalán porque tiene plaza fija, pero sí que puede repercutir en su equipo. «La situación es límite y para entender dónde le duele a una persona no hace falta hablar más que el idioma de la Medicina. Yo no tengo el título y estoy perfectamente integrado», dice. Lo hace refiriéndose a que, en Ibiza, «de cada 10 pacientes que tenemos, dos son de Rumanía, dos de países árabes... y los pocos ibicencos que vemos se conforman con todo. Además nuestro trato verbal con ellos es mínimo. No entiendo esta imposición».

De esta manera, afirma que es la primera vez en su vida que está planteándose el hecho de irse a trabajar a la Península. «Tienes la esperanza de que las cosas mejoren, pero van a peor. Este mes he hecho 13 guardias y de los 17 años que llevo aquí, 15 de ellos he trabajado en Nochevieja y en Año Nuevo. A mí también me gusta pasar tiempo con mi familia en León», señala al tiempo que matiza que «si en la siguiente Navidad vamos a ser uno en vez de tres radiólogos, quizás yo tampoco esté porque tengo la suerte de estar recibiendo ofertas constantemente».

Además contesta a todos aquellos que no entienden el revuelo que se ha formado a raíz de la aprobación del decreto en Mesa Sectorial. «Hay quién dice que qué nos cuesta ir a clases de catalán. Pues teniendo en cuenta que nos han puesto equipos de última generación, prefiero que mi equipo se dedique a profundizar en los conocimientos de su profesión, no en la filología», critica. Y es que, este radiólogo sabe que el problema en Can Misses está en la falta de sanitarios, no en el idioma que hablen.

«Sentido común»

La especialidad de Radiología es la gran olvidada dentro del círculo sanitario, pero sin la cual pocas especialidades podrían tratar sus casos. «Antes no había maxilofacial, ahora hay tres profesionales; solo había un oncólogo, ahora hay cuatro; había dos digestólogas y ahora hay seis mientras nuestro servicio disminuye», explica Cuesta. Aunque agradece la decisión por parte de la dirección del Hospital de reforzar el déficit de personal con una empresa externa a la que se envían los informes, considera que esta medida no es la solución. «Lo suyo es que vengan los siete que faltan porque hemos llegado a no tener vida social cuando estamos de guardias localizadas».

Cuesta pide «sentido común» a los políticos a los que acusa de estar «al margen» de los ciudadanos y de la realidad que viven las islas pequeñas.

LA NOTA

Ninguno quiere ser interino de por vida

Carlos Vergara, Daniel Padrón y Elena Romá son los tres interinos que completan la plantilla de radiólogos de Ibiza.

Los tres coinciden en lo mismo: si siguen encontrándose trabas en su trabajo no dudarán en abandonar la isla. «De por sí no viene nadie. Si suman pegas menos aún», señala Vergara, radiólogo chileno que lleva dos años y medio en Ibiza.

Por su parte, Padrón, que apenas lleva medio año ejerciendo en Can Misses, asegura que «tener que apuntarme a clases cuando tengo que estar 24 horas disponible para el servicio no tiene sentido». En este sentido, señala que eso «agotaría» su energía y prefiere destinarla a sus pacientes.

Romá lleva ausente de su puesto desde que le concedieron la baja por riesgo laboral en mayo. Es consciente de que el Hospital no ha cubierto su plaza y sus compañeros tienen que encargarse del mismo trabajo a pesar de contar con un profesional menos. «Si a que no sacan plazas de oposición y al precio del alquiler le sumamos el decreto del catalán colmamos el vaso», critica. En palabras de Romá, nadie quiere tener una interinidad de por vida.

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