La semana pasada publicábamos la noticia de cobros de sobreprecios a turistas en un local de comida rápida en la avenida Dr. Fleming, en Sant Antoni, en la que contábamos cómo, según una exempleada del lugar, el primer día de trabajo los trabajadores recibían instrucciones precisas de cargar sobreprecios a aquellos clientes que tuvieran apariencia de turistas por productos que no habían solicitado. Aquellos empleados que se negaban recibían tratos abusivos y vejatorios.
Periódico de Ibiza y Formentera se ha puesto en contacto con otro extrabajador, que ratifica la versión de esta extrabajadora del local y que nos confirma el ambiente tóxico y de manipulación, los tratos vejatorios y, por supuesto, los sobreprecios. «Cuando llegas, lo primero que te dicen es qué tienes que hacer para vender de más». Según este extrabajador, «siempre se la colaban a los turistas, y si se quejaban, se les decía que 'esto es Ibiza'».
Periódico de Ibiza y Formentera ha consultado con el gerente acusado de tratos vejatorios y de dar instrucciones a los empleados de cargar sobreprecios sin justificación. «Nosotros nunca hemos cobrado a ningún cliente nada que no hayan pedido», ha declarado.
Por otro lado, un cliente del local se ha puesto en contacto con la redacción de este rotativo para confirmar lo que ya se había denunciado días: el cargo de productos no solicitados en la cuenta final. «Mi pareja fue al establecimiento hace unos días. Ella tiene pinta de extranjera y eso parece que bastó para que intentaran aprovecharse», relata indignado este cliente a este periódico. «Al revisar el ticket, vimos que le habían cobrado varios extras que nunca pidió ni recibió. Imagínense la sensación: pagar por algo que no consumes, simplemente por la apariencia de ser turista».
Este cliente relata la posterior queja al encargado, y su reacción: «Cuando se quejó al encargado, le cambiaron el importe, pero el intento quedó registrado en el ticket», relata este usuario, y remata: «Ahí está la prueba de que lo que contó la exempleada en su denuncia no es un hecho aislado, sino una práctica que se repite y que deja a los clientes en una situación de indefensión y desconfianza», concluye aportando el ticket que demuestra los extras que su pareja no pidió y que intentaron cobrarle.
a ver si el periódico también dice que fue un intento de cobro indebido nada más