Son la una y media del mediodía cuando, cerca de medio centenar de profesionales de la salud se sitúan frente a la puerta del centro de salud de Sant Antoni. Lo hacen para protestar contra la última agresión hacia dos médicas, ocurrida el pasado 26 de agosto, que según los sindicatos se suma a una tendencia al alza. Y es que, aseguran, las agresiones hacia los profesionales sanitarios «se han incrementado un 10% en las Islas Baleares en el último año». Por ello, este colectivo alza las manos, de manera simbólica, para pedir el cese de estas agresiones.
Frente a esta multitud concentrada para la ocasión, Carlos Rodríguez, representante del sindicato SIMEBAL -Sindicato médico de las Baleares- y presidente del Colegio de Médicos de Ibiza y Formentera, ha calificado como «inaceptable que sigan ocurriendo agresiones». Según Rodríguez esta agresión, que sucedió a pasado de agosto «es la gota que ha colmado el vaso de una situación que es crónica».
Denuncias
Respecto a esto, ha querido invitar a todos aquellos profesionales de la salud que puedan sufrir esas agresiones ha denunciar a través del colegio médico ante un hecho que es «un delito tipificado en el Código Penal». Rodríguez ha incidido mucho en la importancia de esas denuncias «porque los agresores, sino son denunciados y se les lleva a la justicia, son reincidentes. Sin embargo, cuando se denuncia y el juez dicta sentencia, jamás reincide. Eso dicen los datos».
Esta declaración de rechazo ha sido secundada, asegura Rodríguez, por parte de todos los sindicatos médicos, y además desde los diferentes centros de salud de la isla y el hospital Can Misses también se han unido a la convocatoria en repulsa a esta agresión.
«Por qué tenemos que pasar por esto. Lo único que queremos es ayudar, tanto en la sanidad pública como en la privada. Si algún paciente quiere quejarse, está en su derecho, que acuda al gerente, o a atención al paciente, y explique lo que ha pasado. Pero nunca se puede consentir la agresión», ha aseverado el representante de Simebal, para terminar una intervención que ha sido aplaudida por los sanitarios allí presentes.
Datos
Del 2023 al 2024 se han incrementado un 10 por ciento las agresiones a los profesionales sanitarios en las Islas Baleares. Así lo ha asegurado Carmen Ortiz, coordinadora del sindicato de enfermería SATSE en Baleares, quien ha manifestado que «los pacientes muchas veces son víctimas de fallos en la organización o fallos del sistema, que tienen derecho a que todo se pueda mejorar, pero en ningún momento se puede agredir, porque los sanitarios somos víctimas también de esas salas de espera llenas o de esas largas listas de espera».
Ortiz ha asegurado que, según lo que le transmiten los enfermeros y enfermeras «las denuncias verbales son casi diarias. No hay que normalizar estas agresiones. Tiene que haber tolerancia cero con esto». Y es que en Ibiza ha habido, según los datos que ha ofrecido, 124 agresiones notificadas en Ibiza en lo que llevamos de año «cifras cercanas a lo que se vivió en todo 2024, y eso teniendo en cuenta solo las que se notifican, que son apenas el 11 por ciento».
Los hechos
Dicha agresión se produjo el 26 de agosto contra dos médicas, que casualmente son hermanas y estaban en consultas contiguas. Susana y Rosana, presentes en la convocatoria, han aprovechado para contar la versión de lo sucedido, ante las acusaciones de la otra parte en las que aseguraban que ellos habían sido los agredidos por parte de las profesionales. Además, Rosana ha mostrado las heridas que todavía presenta en el cuello a raíz de lo sucedido.
Y es que ese día, según explica Susana, una chica joven, de poco más de 20 años y nacionalidad marroquí, acudió a urgencias porque llevaba más de una semana afectada por un resfriado en torno a las cinco y media de la madrugada. «Yo le hice la revisión, vi que no tenía la garganta muy afectada, y le dije que la baja solo se la podía dar el médico de cabecera, no en urgencias. A ella pareció no gustarle mi tono ni mis formas en ningún momento», explica la médica.
La chica abandonó la consulta apenas unos minutos después pero fuera llamó a sus padres, que acudieron rápidamente. Estos, explica Susana «empezaron a gritar y a insultarme», motivo por el cual Rosana, su hermana, salió de la consulta rápidamente. Ante esta situación, el personal de seguridad echó a la familia al exterior del recinto bajo el aviso de llamar a la policía.
Cuando parecía que todo se había tranquilizado «escuchamos al hombre de seguridad gritar auxilio» explica Susana. Aunque ella se quedó en el interior para llamar a la policía, su hermana si que salió y fue en ese momento en el que se produjo el enfrentamiento con la familia de la chica, enfadada con el trato que le habían dado a su hija. Fue la madre la que finalmente golpeó y estiro del pelo a Rosana, ante lo cual esta procedió a defenderse, según explica la propia facultativa.
Ánimo a todos!!!!