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Incendios

La acusada tenía antecedentes al haber rociado a una expareja con aceite hirviendo

En la noche del suceso, la mujer salió de su casa vestida de una manera y regresó con ropa diferente, según captaron las cámaras de seguridad

La acusada, durante el juicio en la Audiencia Provincial de Palma | Foto: Europa Press

| Ibiza | |

En el tercer día del juicio contra la mujer acusada de asesinar a un anciano tras provocar un incendio en su vivienda, el testimonio de dos agentes de la Policía Judicial que investigaron el caso arrojó ayer datos sorprendentes. Entre otras cosas, estos efectivos confirmaron que el fuego había sido intencionado y explicaron que, desde el principio, observaron indicios de una intervención criminal en el suceso.

Uno de los agentes explicó que en el garaje fueron encontrados varios cojines apilados, justo en uno de los dos puntos donde se originó el fuego. Curiosamente, los cojines estaban situados junto a la rueda trasera del lado derecho del vehículo y debajo del depósito, lo cual no fue casual. En la vivienda, además, se encontraron dos cerillas y un blíster de Diazepam.

La Policía Judicial relató cómo, al iniciar la investigación, sospechó inicialmente del hijo del fallecido, una persona «problemática», aunque ingresada en Can Misses en aquellos momentos tras un intento de suicidio.

Tras recabar las declaraciones de las otras hijas de la víctima, los agentes dirigieron de inmediato su atención hacia la acusada, con quien el hijo tenía una «extraña» relación. Además, la Policía Judicial comprobó que la inculpada tenía antecedentes violentos, desavenencias con la familia y conocía la casa.


Reincidente

Precisamente en este punto, un agente explicó cómo, tras el suceso, la Guardia Civil se dirigió al hospital para preguntar por el hijo de la víctima, aunque la psiquiatra mencionó entonces a la acusada y recordó que años atrás otro colega había reconocido que sospechaba de la implicación de la mujer en otro incendio en el que había fallecido su pareja. La Policía Judicial comprobó también que la acusada aparecía en su base de datos por su relación con otro incendio en Binissalem y por haber sido investigada por un delito de lesiones al haber rociado en 2015 a otra de sus parejas con aceite hirviendo.

Otro de los puntos a resaltar en la declaración de la Policía Judicial se refirió a las grabaciones de las tres cámaras de seguridad instaladas en el portal del edificio donde vivía la mujer. Tras comprobar las entradas y salidas de la acusada, el agente explicó cómo descubrió que ésta, en la noche de los hechos, entró en el portal sobre las 02.31 horas vestida de blanco y con un bolso floreado «muy significativo» para la investigación. En este punto relató que la acusada, sorprendentemente, había salido de madrugada vestida de manera diferente: con pantalón y blusa negra e incluso portando un velo, pero con las mismas zapatillas. Llevaba además una bolsa en la que, en base a las imágenes, escondía el bolso floreado.

Durante su intervención, los agentes fueron mostrando también imágenes que recogieron aquella noche las numerosas cámaras instaladas en comercios y calles de Sant Antoni. «Tenemos bien claro que la mujer sale y vuelve a horas compatibles con el incendio», declararon.

La Benemérita concluyó tras las investigaciones que la acusada salió de casa poco después de la una de la madrugada y se dirigió a la vivienda del fallecido donde entró «sin problemas». Como conocía la casa, pudo caminar por ella «con total seguridad» e incluso tuvo tiempo de cambiarse. Según relataron los agentes, allí cogió unos cojines, los situó junto al depósito del coche que había aparcado en el garaje y les prendió fuego. Después, prendió fuego al sofá. Para los agentes de la Guardia Civil, no hay dudas de que la acusada actuó de este modo como «represalia» contra la familia de su pareja.

En las grabaciones de los teléfonos móviles de la mujer intervenidos durante la investigación, se pudo comprobar también que la acusada mintió «deliberadamente» a las personas con las que habló tras el incendio. Además, se escucharon conversaciones en las que manipulaba a su pareja tratando de acusar a la cuidadora de sus padres.

Tras plantearse la detención, que tuvo lugar una semana después de los hechos, los agentes entraron en la casa de la investigada encontrando en el registro varios objetos «muy interesantes» para el caso como las zapatillas y el bolso.

Durante la detención, la mujer no dudó en mentir a los guardias civiles prácticamente desde el principio, según comentaron los agentes. Ella les manifestó que llegó hasta la vivienda del fallecido, aunque no entró en ella, e incluso negó saber que el matrimonio tenía a una nueva cuidadora, aunque en conversaciones telefónicas sí se había referido a ella

2 comentarios

user Espages | Hace 28 días

Esta como la asesina del pequeño Gabriel, una cadena al cuello y al fondo del mar.

user Crispis | Hace 28 días

Que más necesitan pa juzgarla ya??? Con 3 cosas d eotros ya estan encerrados. Pues dale con bozal y pa dentro que no salga

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